LOS MEJORES VIDEOJUEGOS DE MAZINGER Z

LOS MEJORES VIDEOJUEGOS DE MAZINGER Z

Hay cosas que nunca pasan de moda, y hay personajes, series, videojuegos y sagas sin las que se nos haría realmente difícil imaginar nuestras vidas, al menos tal y como las concebimos. Mazinger Z es, sin duda y de lejos, uno de esos personajes absolutamente inmortales que forman parte de nuestro inconsciente colectivo y de la cultura popular. Tanto es así que toda su mitología e imaginería están indisolublemente asociadas a nuestra memoria e incluso a nuestra forma de expresarnos (¿quién no ha dicho u oído alguna vez aquello de “¡Puños fuera!”?). Nacido de la desbordante imaginación del autor japonés Go Nagai en 1972, las andanzas de Mazinger se han prolongado durante más de 45 años (ahora que estoy escribiendo esto me doy cuenta de que yo me hago viejo, pero Mazinger no) y de alguna forma u otra nunca ha dejado de estar entre nosotros, ya sea a través de su famosa adaptación a serie de animación de TV, a través del manga y sus múltiples secuelas, las figuras de acción o, como es el caso que hoy nos ocupa, los videojuegos.

Realmente no se puede decir que un personaje con una tradición y un folklore tan rico y abundante como el bueno de Mazinger se vea refrendado por una gran colección de juegos basados en su licencia, como pueda ser el caso de Dragonball o Naruto, por citar algunos ejemplos de personajes japoneses célebres. De hecho, dos cosas llaman poderosamente la atención con respecto a los videojuegos inspirados en su mitología: la primera es el escaso número de juegos existentes basados en Mazinger (aún más escasos con el robot de Koji como protagonista), y la segunda la escasa calidad que la gran mayoría de estos títulos atesora. A excepción de dos o tres juegos más o menos notables, la gran mayoría son bastante olvidables, algunos incluso son manifiestamente mediocres, y lo que es peor, a veces ni siquiera salen de Japón y aquí llegan por la puerta de atrás (cuando llegan).Sin embargo, y paradójicamente, el personaje de Mazinger ha sido fuente de inspiración constante y recurrente a lo largo de los años. A veces de forma oficial y otras veces de forma más oficiosa que oficial, como en el caso de un viejo título para ordenadores de 8 bits que apareciera allá por la segunda mitad de los años 80 y que hoy rescatamos del baúl de los recuerdos: El Poder Oscuro, del que muchos disfrutamos en nuestro entrañable ZX Spectrum con la única excusa de poder jugar con su robot protagonista, que a nadie se le escapaba que estaba algo más que inspirado en Mazinger, pero sin ningún tipo de licencia.



Tenemos que dar un salto hasta principios de los años 90 para volver a ver a nuestro querido Mazinger en un videojuego, concretamente en la saga Super Robot Wars, de larga tradición en el país del sol naciente y con incontables secuelas que en muy rara ocasión han visto la luz por estos lares, y es que sin estar traducidos al inglés (del español ya ni hablamos) se hace muy difícil que nadie pueda disfrutar de sus bondades. A no ser que domines el japonés, lo vas a tener realmente difícil para echarle el guante a los juegos de la saga Super Robot Wars. De todas formas en la gran mayoría de los juegos de la saga, Mazinger y los demás robots de Go Nagai tienen un protagonismo compartido y además aparecen con un aspecto super deformed (personajes achatados y cabezones, un estilo que goza de gran popularidad entre los jugadores nipones).

Hay que remontarse hasta 1993 para ver un videojuego de Mazinger totalmente protagonizado por nuestro robot favorito y que aprovecha la licencia de forma más o menos efectiva: Majinga Zetto (Mazinger Z) para Super Nintendo es de lo poquito que se salva de la quema. Un juego sin demasiadas pretensiones, sencillo pero efectivo, directo y divertido. Está todo lo que quieres ver de Mazinger en un videojuego: los puños fuera, el fuego de pecho, el Jet Scrander y los brutos mecánicos del Doctor Infierno por aquí y por allá dando guerra y siendo destrozados por nuestro Mazinger. Es un juego muy recomendable para todo fan de Mazinger Z, y aunque está en japonés no hace falta entenderlo porque es un juego de acción, aunque su factura técnica es bastante pobre: los gráficos son muy mejorables (algunos son directamente lamentables, para empezar el del mismísimo Mazinger), el desarrollo es extremadamente cansino y repetitivo y la curva de dificultad está mal medida en algunas fases. Con todo resulta enormemente adictivo y divertido, sobre todo para los hambrientos fans del robot de Koji, que estamos muy faltos de material decente y digno.


Los que son más de Megadrive tienen una magnífica alternativa exclusiva a su disposición en Mazinwars, su particular ración de Mazinger, si bien hay que puntualizar y advertir que en esta ocasión se trata de una adaptación de un manga derivado del personaje original, también del mismo autor, pero no se trata del Mazinger Z al que estamos acostumbrados sino de un Mazinger mucho más espiritual y etéreo que protagonizó el manga MazinSaga, que nunca salió de Japón. De nuevo otra ocasión perdida para disfrutar de un juego protagonizado por Mazinger en toda su gloria: Mazinwars era divertido y a ratos hasta brillante, pero su extrema dificultad y el estar basado en un manga menor de Go Nagai perjudicaron bastante el producto final.

Y ahora vamos a rescatar del desván un juego de Mazinger que, si bien no es ninguna maravilla ni destaca especialmente por nada, sí que por lo menos nos devuelve al carismático robot de Koji Kabuto en toda su gloria y esplendor. Allá por 1994, Banpresto sacó una máquina recreativa protagonizada por los tres Mazinger creados por su autor original, Go Nagai. Esto es, los tres grandes protagonistas de la trilogía de series de animación de Mazinger (muchos aún desconocen que se trata de una trilogía): Mazinger Z, pilotado por Koji Kabuto, El Gran Mazinger pilotado por Tetsuya Surugi y Grendizer (más conociodo por estos lares como Goldorak) pilotado por Duke Fleed. El planteamiento del juego es bien sencillo, en realidad se trata de un shoot'em up “mata-marcianos” de toda la vida que saca provecho de la jugosa licencia de Mazinger, si bien es cierto que en realidad podría haberse tratado de un shoot'em up con los tres cerditos como protagonistas y nadie se daría demasiada cuenta del cambio. Pero por lo menos controlamos a Mazinger, que ya es algo. El ritmo es todo lo frenético que se espera de un shoot'em up, con cientos de balas y misiles, explosiones y rayos láser cruzando la pantalla de un lado a otro mientras esquivamos proyectiles y lanzamos nuestros ataques, perfectamente recreados, eso sí, de acuerdo con la mitología de la serie. Si eres fan de Mazinger aquí lo vas a encontrar todo: los brutos mecánicos del Doctor Infierno más míticos (no faltan Garada K-7 y Doblas M-2), los puños fuera de Mazinger, el rayo fotoatómico y hasta el fuego de pecho. Está todo. Entonces, ¿dónde está el problema?...
















Bien, realmente no se trata de un problema, es más bien que cuando llevas a Mazinger por bandera y te apoyas en una licencia como esta, las expectativas pueden ser demasiado altas y corres el riesgo de decepcionar. A ver, sí, es un juego muy divertido y realmente te mete en la piel de Koji Kabuto, sienta de muerte estar a los mandos de un Mazinger que vuela y tira los puños y todo eso, pero el problema es que al ser un shoot'em up la diversión dura más bien poco. Es cierto que se trata de un mal endémico de todo mata-marcianos que se precie, dificultad endiablada y duración muy corta, algunos dirían que cortísima, de hecho. Y es que lo bueno dura poco, muy pocas fases, enemigos de final de pantalla más o menos persistentes y poco más.
Igual es porque uno es muy fan de Mazinger, o igual es porque sigo pensando que con esta licencia (que no debe ser barata precisamente) se podría haber hecho un juego más ambicioso, pero lo cierto es que te acaba dejando cierto regusto agridulce. No faltarán los que argumenten aquello de que “lo bueno, si breve, dos veces bueno”, pero confieso que padezco una desmedida e incurable devoción por el robot de Koji Kabuto, y todo esto no llega a saciar mi hambre de Mazinger. Si no has tenido ocasión de jugarlo no deberías dejarlo pasar, pero si quieres algo más, píllate la última película de Mazinger que se estrenó hace poco: Mazinger Infinity. Ahí sí que tienes energía fotoatómica para rato.

Me temo que en vista de lo visto y hasta que la cosa no cambie (y no tiene pinta de cambiar), todavía pasará mucho tiempo hasta que veamos un juego en condiciones que explote todo lo que un grandísimo personaje como Mazinger Z puede dar de sí. Por el momento, habrá que conformarse con lo que hay (que no es mucho) y reconfortarse pensando que pese a que nos encanta lo retro y vivimos de la nostalgia, lo mejor (como en la vida misma), está siempre por llegar.













































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