REPASAMOS LA TRILOGÍA DE SUPER STAR WARS PARA SUPER NINTENDO

SUPER STAR WARS TRILOGY PARA SUPER NINTENDO

Uno de los errores más recurrentes a la hora de reflexionar sobre la relación (a veces tormentosa y no exenta de dificultades) entre los videojuegos y el cine, es pensar que un juego lo va a tener fácil y tiene que ser necesariamente un pelotazo por el mero hecho de estar basado en una película de éxito. Nada más lejos de la realidad. Cuando se tiene entre manos una licencia tan jugosa y con un legado cultural tan aplastante como lo es la Trilogía original de Star Wars (A los que ya vamos para viejos nos sigue gustando decir eso de “La Guerra de las Galaxias”), la responsabilidad es enorme, y el nivel de expectativas por parte de crítica y jugadores puede llegar a ser algo difícil de asumir y que incluso podría acabar hundiendo un producto por su relación más o menos fidedigna con el producto original.
Afortunadamente, esto no es el caso que nos ocupa. No nos engañemos: juegos malos que han desaprovechado buenas licencias los hay a patadas, se podría llenar una piscina olímpica con verdaderas basuras de videojuegos que sucumbieron ante el peso de la responsabilidad de adaptar una buena licencia cinematográfica. Sin embargo, Nintendo hizo muy bien los deberes y supo reunir a los mejores profesionales de cada campo para traernos de forma consecutiva a lo largo de tres años tres auténticas joyas de videojuegos que no solo supieron estar a la altura de lo que se esperaba de ellos (que ya era mucho), sino que en la humilde opinión del que estas líneas suscribe, incluso superó las espectativas sabiendo ofrecer un producto absolutamente redondo y lleno de cualidades superlativas que aún hoy, 25 años después de la aparición del primer cartucho de la trilogía jugable, Super Star Wars, nos sigue pareciendo genial y muy digno de volver a jugarlo.
 

Si para algo han servido las nuevas películas de Star Wars producidas por Disney, aparte de para abultar aún mas los multimillonarios ingresos de la casa, es para recordarnos que ciertas cosas son (o deberían ser) sagradas y por lo tanto intocables. No faltarán los que estén en desacuerdo conmigo, pero de lo que no hay la menor duda es de que nada, absolutamente nada de lo que se nos está contando en este nuevo universo expandido de Star Wars era necesario. La trilogía de juegos de Super Nintendo basados en la Trilogía clásica encierra varios secretos que quizá sirvan para explicar porqué aquella magia con la que crecimos se ha perdido hoy en día. Jugar a estos tres cartuchos nos recuerda todo aquello que hizo grande a la saga y que ahora se ha traicionado de manera miserable: diálogos ágiles, originales e ingeniosos, personajes absolutamente redondos e inimitables, escenarios únicos y sorprendentes (que posteriormente se repetirían hasta la saciedad), giros argumentales impactantes y sobre todo y ante todo, una coherencia interna y un ritmo narrativo magistral que hilaba de forma perfecta los acontecimientos y ofrecía un desarrollo psicológico de sus personajes. Nada de esto existe en las secuelas recientes, y es justamente todo lo que se puede encontrar en estos tres juegos sobresalientes que hoy recordamos en estas páginas.

Empezamos nuestro particular recorrido por el primer título de la trilogía, SUPER STAR WARS (1992), que ya apuntaba de forma clara lo que posteriormente serían las señas de identidad de la saga: gráficos cuidados con un mimo exquisito, renderización perfecta de la banda sonora del inmortal John Williams, ambientación 100% fiel a la película homónima y acción constante. Si a la fórmula le añadimos variedad de situaciones, escenarios, enemigos con carisma y toda suerte de incentivos para seguir jugando hasta desentrañar todos sus secretos, tenemos entre manos un juego de los de 10 sobre 10. No le falta absolutamente nada, y es capaz de enganchar tanto a jugadores nóveles como a los más avezados y experimentados en este tipo de aventuras. Tanto si eres fan de Star Wars como si no, vas a encontrar incentivos de sobra como para dejarte seducir por su atractivo. Evidentemente a nadie se le escapa que si además de todo esto eres fan de la saga y te sabes de memoria hasta los diálogos de la trilogía clásica (es mi caso, lo confieso), entonces tendrás que multiplicar por tres la diversión y el disfrute que este juego te ofrece. La saga de los Skywalker nunca tuvo mejor aspecto ni fue más divertida. Juegos de Star Wars hay muchos y muy buenos, pero nunca se ha alcanzado un grado igual de comunión y simbiosis entre película y videojuego.
 

Una de las constantes en la historia de los videojuegos es aquella máxima de “segundas partes nunca fueron buenas” y, por otra parte, que los juegos basados en películas no suelen ser demasiado buenos. Bien, también es cierto que las excepciones confirman las reglas y que a veces todo lo anteriormente descrito no se cumple. The Empire Strikes Back (El Imperio Contraataca), muy convenientemente rebautizado como SUPER para la ocasión, no solo es un juego magistral basado en la que está  reconocida de forma unánime como la mejor película de toda la saga STAR WARS (de lejos y con diferencia, y no hablamos de las nuevas películas porque nos ponemos de muy mala leche), sino que además es a su vez la secuela de otro grandísimo juego que dio inicio a una trilogía magistral, de las de 10 sobre 10. Super Star Wars ya sentó las bases de lo que debía ser una buena adaptación de una película, pero la fórmula la perfeccionaron con esta entrega, para mí la mejor de las tres, exactamente igual que ocurre con sus respectivas versiones fílmicas homónimas. Super Empire Strikes Back pone en escena a los tres héroes clásicos de la saga atravesando todo tipo de retos y pantallas diseñadas con un gusto y un respeto exquisito por la trilogía original de Star Wars, acompañadas por la excelsa banda sonora del maestro John Williams, perfectamente recreada y metida con calzador en este cartucho para la ocasión. La jugabilidad es de leyenda, no podrás parar hasta llegar al emocionante y (desigual) combate final con Darth Vader, de lejos uno de los más injustos y difíciles de la historia de los videojuegos (¿qué esperabas?, ya sabías que te tocaba perder). La factura técnica es absolutamente impecable, los efectos de sonido te sumergen de lleno en la aventura (nunca estuviste más cerca de manejar un sable láser), y lo mejor de todo, podíamos ver extendidas ciertas situaciones y escenas de la película que aquí, gracias a la imaginación de los artistas que programaron semejante joya, teníamos la ocasión por vez primera de disfrutar en todo su esplendor, como es el caso de las fases que se desarrollan en Cloud City, la ciudad nube atestada de cazarrecompensas  o las fases en las que manejamos a Luke Skywalker abriéndose paso a través de la nieve en Hoth. Mil y un detalles que ampliaban la experiencia revivida y conocida hasta la saciedad por todos al ver la película del mismo título, lo que hacía de un juego ya de por sí muy bueno algo sencillamente magistral, insuperable. Tan insuperable que su secuela un año más tarde, Super Return of the Jedi, nos dejó cierto mal sabor de boca porque se suponía que por algún tipo de razón o de ley no escrita, éste debía ser mejor y más grande que su antecesor, y realmente no era así. Super Empire Strikes Back nos sigue pareciendo el mejor de los tres y sigue estando entre los 10 mejores juegos de Star Wars jamás publicados, y mira que hay juegos de Star wars. 
 






Especialmente inolvidable nos parece la fase en la que, a bordo de un Snowspeeder, atacamos frontalmente a un escuadrón de AT-ATs, las acorazadas máquinas de ataque todo terreno del Imperio, y donde, al igual que ocurría en la película, debíamos entrelazar con un cable de acero las patas de esos mastodontes gigantescos para hacerlos caer al suelo. No era tarea fácil, pero una vez dominada la técnica, la sensación al conseguirlo era indescriptible, pocas veces se ha logrado ese nivel de profundidad y de acierto a la hora de recrear una escena de una película en un medio tan diferente como pueda ser un videojuego. Sin duda se trata de uno de esos juegos que tienen algo diferente, un plus de espectacularidad y valor añadido que te harán volver a él una y otra vez con el paso de los años. Creednos, no es la nostalgia lo que nos hace hablar: Super Empire Strikes Back es una verdadera joya que no debes dejar de probar, y si como nosotros lo jugaste en su día, ya estás tardando en volver a redescubrirlo. Te aseguramos que, como los buenos vinos, mejora con los años. Y además te hará recordar porqué la trilogía original de Star Wars jamás debió tener una continuación. Para nosotros, la saga terminó de manera oficial con El Retorno del Jedi. Lo demás, son inventos y negocios. Eso sí, negocios que dejan mucho dinero...




Y cerramos la trilogía de videojuegos, como no podía ser de otra forma, con SUPER RETURN OF THE JEDI (1994), quizá el más ambicioso de los tres aunque no necesariamente el mejor, como hemos dicho antes. Sí, de acuerdo con que es el más largo de los tres, el que mejores gráficos tiene y el que más personajes jugables ofrece, pero no debemos olvidar un factor importante: El Retorno del Jedi era la más floja de las tres películas que inspiran esta trilogía de juegos, y eso ya supone una desventaja de salida. No es lo mismo conseguir la maravillosa e inigualable ambientación que se obtiene cuando tienes entre manos un juego basado en una película absolutamente sublime y perfecta como es El Imperio Contraataca que, por poner un ejemplo, tratar de mantener enganchado al jugador con un producto basado en un film como El Retorno del Jedi, que como ya hemos señalado y pese a ser una película sobresaliente, palidece al compararla con sus otras dos partes de la trilogía. Así pues, y ya que las comparaciones son odiosas pero inevitables, diremos que aunque Super Return of the Jedi sigue siendo un juego redondo, lo es quizá un poco menos que Super Empire Strikes Back, por ejemplo. Para ser justos, tenemos que decir que sus defectos son mucho menores que sus virtudes, que las tiene, y muchas. Entre esos defectos, citar quizá la cuestionable ambientación de algunas fases, que se ven un poco forzadas y a veces como metidas con calzador para justificar la adaptación de según qué escenas de la película, el combate final con Vader, que en esta ocasión resulta un absoluto paseo por el campo (es demasiado fácil, deberían haberlo puesto un pelín más complicado, qué demonios, ¡se supone que es Darth Vader!) y se nos antoja algo decepcionante, y el combate final con el Emperador Palpatine llegaba a ser aburrido y exasperante. Algunas fases tenían una dificultad mal ajustada (la primera fase del juego, para empezar, es demasiado difícil y sencillamente no viene a cuento) y otras sencillamente no pegan.

Con todo, los gráficos son los mejores de la saga, por no hablar de las escenas cinemáticas, algunas con una calidad asombrosa para tratarse de una Super Nintendo, y la música otra vez raya en lo más alto gracias a un aprovechamiento sin igual de los chips de sonido de la 16 bits de Nintendo. No es que SUPER Return of the Jedi sea malo, ni mucho menos, es un pedazo de juego y aquí quiero ser muy claro: es que cuando te han puesto el listón tan alto con la segunda parte, resulta muy difícil superar la marca. Y aquí no llegó a superarse, es solo eso. Pero si nos paramos a pensar, con las películas ocurre exactamente lo mismo: después de El Imperio Contraataca todo lo que vino detrás nos ha parecido inferior. Porque realmente lo es. Digámoslo alto y claro: la magia de Star Wars no ha vuelto a deslumbrarnos de igual forma desde que en 1980 se estrenara El Imperio Contraataca, y por extensión, ningún videojuego basado en éste, uno de nuestros universos de ficción favoritos, nos ha hecho volver a sentir lo mismo (y dudo que vuelvan a hacerlo en un futuro) como lo que sentimos cuando metimos estos tres cartuchos en nuestra Super Nintendo y apretamos el botón de Power. Son cosas que inevitablemente están asociadas a etapas de nuestra vida, y que como la gloria y el heroísmo de Luke Skywalker, Han Solo y los demás personajes principales de la saga, permanecerán para siempre en el recuerdo, con independencia de lo que ahora quieran hacer con ese preciado legado. Ecos de glorias pasadas, pero eternamente presentes. Aunque sea en una galaxia muy, muy lejana…















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